jueves, 26 de agosto de 2010

Transformar piedras en diamantes

Devoto de Pehuajó

Yo conocí a Shivamai personalmente el veintiocho de enero de mil novecientos noventa y cinco. Por ese entonces era un joven de apenas diecinueve años. Grande fue la sorpresa cuando me enteré que aquella señora a quien venía escuchando por Radio Nacional de Buenos Aires desde hacía tiempo, comenzaba a dar sus programas de” experiencia directa” en mi lugar de residencia, Pehuajó.

Cuando llegué al sitio donde se desarrollaría el evento, El Salón Blanco de nuestra Municipalidad, me encontré con una “interminable” fila de gente que esperaba ansiosa la llega de la Maestra. Me ubiqué en el más favorable de los pocos lugares vacíos que quedaban y al cabo de unos minutos comenzó el programa.

La enseñanza fue intensa, cargada de un profundo y extraño sentimiento que explotaba en los corazones de los presentes en forma de Dicha Suprema. En ese momento intuí que nada volvería a ser como antes… y nada fue como antes.

Luego de este primer encuentro, vino otro y otro y con cada uno de ellos, algo en mi interior se iba modificando. Comenzaron las llamativas experiencias cuando realizaba la meditación y que hasta un tiempo después no habría sabido darles una explicación lógica. Corrían los primeros días del año mil novecientos noventa y siete cuando llegó a mis manos un libro de quien fuera su primer Maestro, titulado Luz en el camino (o algo así, no recuerdo). Lleno de euforia comencé a devorarlo y el rompecabezas comenzó a armarse como por arte de “magia”. Y así me di cuenta de que la magia no era magia sino que era realidad, una realidad más nítida y palpable que la que me rodeaba. Luego de esto, todo lo metafísico me parecía natural (el toque de Shiva penetrando mi cuerpo, llegando a lo más profundo de mi espíritu, los estados de felicidad sin motivo aparente, los reiterados sueños con Santos y Devas, mi Kundalini ascendiendo sin control hasta mi entrecejo, las visiones...las presencias Divinas.

Comprendí quién era Shiva, cuál había sido Su servicio en nuestras vidas.
A casi diez años de Su partida de este plano físico la sigo recordando cada día como lo que era, una Verdadera Maestra Espiritual, capaz de transformar la más insignificante piedra en diamante.

1 comentario:

  1. Este texto fue agregado como comentario en la entrada "Quién fue Shivamai", por un anónimo devoto de Pehuajó. Es un relato tan precioso, que nos pareció válido mudarlo y armar una entrada con él; así los visitantes del blog van a tener más posibilidades de leerlo que si lo dejamos medio oculto, como comentario en una entrada antigua.

    Esta es la idea de este blog: todos somos "Yo conocí a Shivamai". Cada uno, desde el lugar en el que está, puede compartir su recuerdo, por sencillo que sea.

    No aspiro a que sepamos quién fue ella realmente, eso es algo tan vasto que pasa más por una experiencia interna de cada buscador. Pero recopilando las anécdotas podemos tener aunque sea una aproximación de cómo era la Shivamai que conocimos.

    Que esto nos anime a seguir compartiendo. ¡Muchas gracias por escribir!

    Fede

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