miércoles, 21 de julio de 2010

"Si uno es devoto del Guru, todo es posible": Shivamai, por Swami Nityanand

Era mayo de 2008, centenario del nacimiento de Baba Muktananda. En Shanti Mandir, el ashram de Mahamandaleshwar Swami Nityanand en India, se recordaba a Baba con festejos. Había más de veinte argentinos presentes.
Gurudev pidió a uno de ellos, Ravidas -marplatense- que hablara sobre Shivamai. La mayoría de los devotos locales no la había conocído -de hecho, la gente ni siquiera podía entender qué hacía esa cantidad de personas de un lugar tan lejano y desconocido como Argentina.
Ravidas habló un poco sobre Shivamai. Luego, Gurudev Nityanand tomó el micrófono y habló sobre ella también. A continuación, un extracto de lo que dijo.

Permítanme una presentación de la maestra, Shiva. Durante la mañana se habló de la palabra entrega. Como pueden ver, hay cerca de cien personas del este y algunos más vendrán la semana entrante. Cuando Babaji regresó del segundo tour mundial en 1976, alrededor de 300 ó 400 personas habían venido de países extranjeros. Habíamos visto algunas personas, ¡pero tantas juntas! Desde 1978, Babaji permaneció en Ganeshpuri mismo. Durante esos años, gente de diferentes países vino a visitarlo; algunos por dos o tres días, algunos por una semana, algunos por un mes, y algunos se quedaron allí con Baba durante un año o dos, en su compañía. En 1978, la maestra sobre quien hablamos vino con su marido a Ganeshpuri. Esta gente que ha venido lo ha hecho cruzando dos continentes, Argentina, que se encuentra en Sudamérica y luego África. Creo que debe haberles llevado alrededor de cuarenta horas llegar hasta acá. Cualquiera seguramente lo piensa antes de volar tan lejos y en un avión que ni siquiera tiene vuelo directo: primero va de su país a otro país, y luego a África, y luego a Mumbai, y luego hasta aquí. No sé cómo era entonces, allá por 1978, estoy hablando de cómo es ahora.

Cómo llegó Shiva a saber de Babaji, no lo sé, pero vino y se quedó aquí por tres semanas o un mes en Ganeshpuri. Babaji le dijo que se fuera y transmitiera su dhyan (meditación) y enseñanzas. Así fue que comenzó el trabajo de Babaji de acuerdo a cómo él le había dicho. Ella vino a Ganeshpuri y también fue al ashram de Nueva York en South Fallsburg dos o tres veces en 1979, 1980 y 1981. Sé un poquito de su historia porque la swami cuyo nombre es Kripananda solía hablar español, de modo que había una relación, una amistad entre ellas. Shiva solía tener muchas kriyas (1). Entonces, cada mes, Babaji solía recibir cartas describiendo cómo ocurrían. Swami Kripanandaji solía dar una charla en el intensivo de dos días que siempre teníamos. Era a las 2 p.m., una charla de 20 minutos sobre Kundalini. A menudo, en cada charla sobre Kundalini había una carta de Shiva acerca de sus kriyas. Y era una broma entre nuestros sadhus que si Kripananda no hablaba sobre la carta de Shiva en la charla sobre Kundalini, esta charla estaría incompleta porque se había vuelto una tradición que habría un intensivo por mes y que en el intensivo estaría esta charla sobre Kundalini, y en ella, se leería una carta de Shiva. Así es como supe de ella por primera vez.

Se dice que Shiva solía hacer grandes programas. Kirtan y música eran sus medios. Con este medio atraía gente hacia el camino Siddha. Se dice que en su tiempo, cerca de 1500 a 2000 personas se juntaban para sus satsangs.

Cuando en julio fuimos dos semanas a Argentina, mucha gente asistió a satsang. Es por eso que hablé de entrega. Babaji le dijo, tú ve y hazlo, y ella lo hizo. No pensó en ello. Lo hizo porque su Guru le dijo que lo hiciera. No pensó cómo ocurrirá, qué pasará, quién vendrá. El Guru dijo que debía ser hecho y ella lo hizo. El fruto de eso es que hoy miles de personas están en el camino haciendo bhajan, meditación y kirtan.

Shiva había ido a reunirse con nosotros en Nueva York en 1998 y luego en 2000. Más tarde, en enero de 2001, cuando nos hallábamos en la Kumbha Mela en Allahabad, Viviana -que está traduciendo en este momento- llamó para decirnos que Shiva no estaba nada bien y a los pocos días, Shiva dejó su cuerpo. Falleció en 2001. Durante algún tiempo se preguntaron qué hacer y luego continuaron haciendo satsang. Esta vez, cuando fuimos en julio, el satsang fue magnífico.

Algunas personas se reunieron y se dieron ánimo mutuamente para venir aquí. La situación económica en su país no es muy buena. Algunos incidentes ocurrieron hace algunos años, y a pesar de su pobre condición económica, pensaron que debían venir acá para participar en esta celebración. No sé cuántos han venido. ¡Kamal! ¿Cuántos de ustedes de Argentina? Alrededor de 22, 25 personas han venido de un país, dos continentes más allá. Así que uno puede pensar que el numero de de gente de India es muy pequeño comparado con eso. Que ellos ni siquiera conocieron a Baba en el plano físico. Como Ravidas dijo, creo que hay muchos, de hecho, ninguno de ellos conoció a Babaji. Sólo Shiva lo conoció, y otras 2, 4 ó 5 personas más.

Una de ellas dijo que un día fue a la casa de Shiva porque alguien le había contado. Dijo que olió cierta fragancia, pero no tuvo coraje para preguntar. Dijo: “¿Qué podría haber preguntado? Fui a la casa de alguien y pensarían que estoy loco si les pregunto qué era esa fragancia. Cuando fui por segunda vez, allí estaba la fragancia de nuevo, entonces le pregunté a Shiva: ‘¿Qué es esta fragancia en tu casa?’ Ella dijo ‘Entra’. Me llevó a su habitación de puja. La fragancia provenía de allí. Entonces fui a Nueva York y conocí a Babaji.”

Mucha gente que estuvo con Babaji piensa que, si uno pone Hina o Khus, habrá fragancia. Se venden en nuestro Puma Samagri y la gente lo usa, se aplica en la estatua aquí también. También sentí esta fragancia desde mi infancia en el auto de Babaji, en sus cosas, en su dormitorio. Cuando éramos jóvenes, nosotros también pensábamos que era la fragancia del perfume o incienso o que debía de haber algún objeto con fragancia, y que Baba lo ocultaba. Pero lentamente, lentamente, lentamente estando con él entendí o experimenté que era la fragancia de su santidad.

Baba solía contar la historia de de un santo que había en Maharastra y que se llamaba Zipruanna. Zipruanna solía estar desnudo y sentado sobre una pila de basura y Baba decía que, a pesar de eso, su cuerpo nunca emitió olor nauseabundo. Que emitía fragancia. Algunas personas piensan que deben colocarse talco o esto o aquello, pero Baba solía decir que si nos hacemos puros desde adentro a través de sadhana-bhajan, meditación y canto, entonces la fragancia que está allí en el interior será llevada con nosotros al mundo. La fragancia será lograda en el lugar de la gente que mantiene la Shakti despierta. No comprenderán qué es la fragancia, pero podemos sólo adivinar la experiencia de Shakti que un buscador desea o anhela, y cuando su vida se vuelve pura y sátvica, entonces su vida también se vuelve fragante.

Entonces, ésta es una breve presentación de Shiva, a través de quien todas estas veinticinco personas hoy han venido. He visto en todo el mundo que, ya sea que llames a la persona “líder” o “guía del camino”, es por la entrega de esa persona que los demás se unen en satsang. Mahamandaleshwar Swami Brahmanandaji Maharaj solía decir que es muy bueno que tú mismo cantes, pero que al mismo tiempo, es un gran mérito hacer que otros canten.

Ravidas dijo poco, pero yo dije mucho. Dije mucho porque estuve en Argentina en julio durante nuestro tour mundial. Oír acerca de esto es una cosa, pero al verlo con nuestros ojos, sentimos en qué palabras se puede explicar lo que una persona hizo. Si uno es devoto del Guru, todo es posible. Hasta que no vemos eso, sólo podemos imaginar. Luego de verlo, podemos pensar que nada es imposible; todo es posible.

(1) Movimientos de energía sutil por efecto de las prácticas espirituales.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar, elige "Anónimo", pero ¡no te olvides de firmar tu comentario! Gracias.