martes, 20 de julio de 2010

Quién es Shivamai


Hacía varios años que conocía a Shivamai y desde el primer día trataba de estar presente en todos sus programas, en especial haciendo servicio.
Una noche, en un sueño, participé de uno de sus programas pero de una manera muy diferente a todo lo vivido hasta ese momento.

Llegaba muy apurada a chequear los ultimos detalles previos a un programa. Desde afuera del salón escuché su voz, ya había empezado. Entré al salón para dar una mirada final y en la media luz ví con enorme sorpresa, ¡sobre el escenario al Señor Shiva! ¡Sí! Enorme, sentado sobre su piel de ciervo. El color de su piel era gris humo; podría describir cada uno de los músculos de sus brazos. Las serpientes vivas giraban alrededor de su cuello. Al ver a semejante Ser sentado sobre el escenario, salí corriendo, agitada, el corazón galopaba y apenas me salían las palabras para decirles a mis compañeros lo que había contemplado dentro. ¡El Señor Shiva! ¡El Señor Shiva estaba en el salón!

Me desperté asombrada, exhaltada. Había sido una experiencia única, inolvidable. Pero lo mejor vino al día siguiente. Cuando le conté mi sueño a Shivamai, ella me dijo: “¡qué bueno, estás empezando a darte cuenta quién soy!”

La Guru Gita, texto milenario dedicado al Guru que me enseñara Shivamai, en su
śloka 54 dice:
“Svadeśikasyaiva śarīra cintanaṁ / bhaved anantasya śivasya cintanam,
Svadeśikasyaiva ca nāma kīrtanaṁ / bhaved anantasya śivasya kīrtanam.
Contemplar la forma del propio Guru es contemplar al infinito Shiva.
Cantar la gloria del nombre del Guru es cantar la gloria del infinito Shiva."

2 comentarios:

  1. Yo conocí a Shivamai personalmente el veintiocho de enero de mil novecientos noventa y cinco. Por ese entonces era un joven de apenas diecinueve años. Grande fue la sorpresa cuando me enteré que aquella señora a quien venía escuchando por Radio Nacional de Buenos Aires desde hacía tiempo, comenzaba a dar sus programas de” experiencia directa” en mi lugar de residencia, Pehuajó.
    Cuando llegué al sitio donde se desarrollaría el evento, El Salón Blanco de nuestra Municipalidad, me encontré con una “interminable” fila de gente que esperaba ansiosa la llega de la Maestra. Me ubiqué en el más favorable de los pocos lugares vacíos que quedaban y al cabo de unos minutos comenzó el programa.
    La enseñanza fue intensa, cargada de un profundo y extraño sentimiento que explotaba en los corazones de los presentes en forma de Dicha Suprema. En ese momento intuí que nada volvería a ser como antes… y nada fue como antes.
    Luego de este primer encuentro, vino otro y otro y con cada uno de ellos, algo en mi interior se iba modificando. Comenzaron las llamativas experiencias cuando realizaba la meditación y que hasta un tiempo después no habría sabido darles una explicación lógica. Corrían los primeros días del año mil novecientos noventa y siete cuando llegó a mis manos un libro de quien fuera su primer Maestro, titulado Luz en el camino(o algo así, no recuerdo). Lleno de euforia comencé a devorarlo y el rompecabezas comenzó a armarse como por arte de “magia”. Y así me di cuenta de que la magia no era magia sino que era realidad, una realidad más nítida y palpable que la que me rodeaba. Luego de esto, todo lo metafísico me parecía natural (el toque de Shiva penetrando mi cuerpo, llegando a lo más profundo de mi espíritu, los estados de felicidad sin motivo aparente, los reiterados sueños con Santos y Devas, mi Kundalini ascendiendo sin control hasta mi entrecejo, las visiones...las presencias Divinas.
    Comprendí quién era Shiva, cuál había sido Su servicio en nuestras vidas.
    A casi diez años de Su partida de este plano físico la sigo recordando cada día como lo que era, una Verdadera Maestra Espiritual, capaz de transformar la más insignificante piedra en diamante.
    Devoto de Pehuajó

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  2. ¡Gracias por tu comentario! Vamos a poner tu historia como una entrada independiente, así les es más fácil leerla a los visitantes.

    Si querés dejarnos tus datos, podés escribirnos a yoconociashivamai@gmail.com.

    ¡Gracias de nuevo!

    Fede

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