viernes, 3 de septiembre de 2010

El Toldo


Han pasado muchos años y aún me cuesta hablar de este episodio.
La Fundación Pratibha funcionaba desde hacía poco en la casa de la Orden Ramakrishna. Era una casa muy antigua de estilo chorizo con un gran patio.
Por aquella época me tocó estar a cargo de la Dirección de la Fundación junto con mi amiga Graciela Dizac.
Shivamai venía a Buenos Aires en contadas oportunidades y daba un programa denominado “Shakti Yoga”. En una de sus visitas nos dijo: “Habría que cubrir este patio con un toldo, para poder usar este lugar para dar programas”.

Nosotras contestamos que cotizaríamos el trabajo y lo haríamos según los fondos disponibles -dábamos vueltas para concretar las cosas desde los inicios.
Nuestra actitud para dar respuesta no fue la mejor, no fue la correcta, no entendimos lo que significa el pedido de un Maestro.
Al poco tiempo llegó Shivamai para hacer un Shakti Yoga, y decidió celebrarlo en el patio. El toldo no estaba construido.
Nadie imagina lo que yo sentí con su mirada cuando nos dijo: “Pero cómo, ¿no hicieron el toldo?” Fue un profundo dolor, un fracaso, una falta imperdonable para con alguien que lo entrega todo.
Pero lo más fuerte de la experiencia estaba por venir.
Llego el día. Un sábado a la tarde se abrieron las puertas de la casa para recibir a cientos de personas que aguardaban entrar para recibir “Shakti Yoga”.
El cielo estaba despejado, con algunas nubes pequeñas por cierto. Comienzó el programa. Contemplé a Shivamai sentada en medio del patio tocando a cada persona con las plumas de pavo real, cuando detecté tremendas gotas de lluvia estrellándose contra el suelo y sobre el cuerpo de mi Maestra.
Me sentí morir.
En el cielo, que estaba absolutamente despejado, había una gran nube oscura posada justo arriba de ella, que descargaba como lanzas sus gotas de lluvia, en un perfecto chaparrón.
Muy pronto comenzaron a llegar los paraguas para Shivamai.
No podía creer lo que estaba pasando. La lección fue aprendida con experiencia directa.
 

Un antiguo dicho reza:
Hay tres clases de discípulos,
Los que hacen lo que el Maestro quiere antes de que se los pida.
Los que hacen lo que el Maestro quiere cuando el Maestro se los pide.
Los que no hacen lo que el Maestro quiere ni aunque se los pida.
Yo era de tercera clase.
Si tenés la Gracia en esta vida de haber tenido un Maestro, hacé todos los esfuerzos, sacrificios y renuncias necesarios y ¡date cuenta!, antes de que sea demasiado tarde, para ser un discípulo de primera clase.

¡Gracias Shivamai! A tu servicio siempre.

5 comentarios:

  1. Me acuerdo de estar parado en el patio abajo de la lluvia. Eran pocas gotas, pero cada una era como un balde.
    Caminé hacia la puerta de la casa. Treinta metros de distancia, quizás. En la entrada estaba Roberto Castagnola recibiendo a la gente. El sol brillaba. Le comenté: "¿sabés que en el patio llueve?" No lo podíamos creer.
    Fede

    ResponderEliminar
  2. Cómo olvidar ese día, chicos! No había una sola nube, sólo esa. Yo vivía a cuatro cuadras del lugar, y mi madre, que había asistido al programa, salió corriendo a buscar un paraguas porque, como era de esperar, en un día soleado, no encontrábamos uno tan fácilmente. Y si mal no recuerdo, cuando terminó el programa esa nube se esfumó.
    Paola

    ResponderEliminar
  3. Shivamai ya había hecho varios Shaktis bajo techo, dentro de la casa. Cuando se asombró al ver el patio sin entoldar, fue natural en nosotros pensar "bueno, hizo tantos adentro que hacer uno más no puede ser tan malo. La semana que viene encargamos el toldo y listo, el siguiente sí se hace en el patio."
    En cambio, ella se puso muy seria, tan seria como nadie puede ponerse, y dijo "Se va a hacer en el patio igual, ¡y más les vale que no llueva!"
    Fede

    ResponderEliminar
  4. Como no recordarlo...en lo personal me sentí Rucci en aquella historica foto...sosteniendole el paraguas a Shivamai mientras volaban los pedazos de plumas de pavo real, con ese exquisito perfume a hina bañandome y esa oleada de energía que me hacía cerrar los ojos, creo que hasta el día de hoy agradezco a San Pedro por tal gentileza...ah y por supuesto a vicky tambien!!!
    Me hiciste un gran servicio hermanita del alma!!! jaja
    Rayim

    Rayim

    ResponderEliminar
  5. gente linda ! que buen humor para recordar ese momento que tanto para mi como para Grace esas gotas de lluvias fueron como puñaladas....no fue facil animarme a escribirlo.
    Gracias por participar con sus recuerdos sobre Shivamai en este espacio, que es de todos.
    Hay tantas pero tantas historias en cada uno, que ojalá sean muchos más los que se dispongan a compartir estos queridos recuerdos.
    Los quiero ! Vicky
    Vicky

    ResponderEliminar

Para comentar, elige "Anónimo", pero ¡no te olvides de firmar tu comentario! Gracias.